COSAS QUE TODOS NECESITAN CONOCER
ACERCA DEL MÉDICO
1. EL MÉDICO NO ES MAGO
Los resultados positivos, o sea, su alivio o curación, dependerán básicamente de usted mismo, de su autocuidado, de su voluntad para asumir estilos de vida saludables o de su propia capacidad para aprender a vivir con una enfermedad crónica.
El Médico no es “vidente”, no trabaja con una “bola de cristal” ni lo curará por “arte de
magia”. Por otro lado, el Médico no “acierta” ni le “atina”, tampoco “adivina”. Si eso es lo
que Ud. esperaba de él, lamentamos defraudar sus expectativas.
2. EL MÉDICO ORGANIZA SU TRABAJO
El Médico precisa planear y organizar su trabajo y tener las condiciones necesarias para realizarlo exitosamente. Espere con paciencia el día y la hora de su cita, no insista en que le
atienda en el momento que a usted más le convenga, y menos si ese momento es ¡ahora
mismo!.
No existe una “consultica”, una “chequeito”, o una “revisadita rápida”, pues todos
sabemos que la «calidad» necesita tiempo y condiciones. Un pasillo del hospital, un
transporte público o la calle, no son sitios adecuados para consultarle.
3. EL MÉDICO REQUIERE COMUNICARSE
Cuando el Médico esté explicándole un tratamiento o dándole alguna recomendación, no lo bombardee con miles de preguntas. Por favor, escuche con atención primero y pregunte después. No tenga miedo ni pena de preguntar, cerciórese de haber entendido lo que él le ha dicho, nunca dé por sentado que usted “ya se sabe eso”.
Sea claro y preciso, pero no omita cosas que usted crea irrelevantes, dígaselo todo y él Médico decidirá qué asunto es importante y cual no. Nunca asuma que un síntoma es “de otra especialidad”, comuníqueselo al Médico que ahora tiene delante.
No se mienta a usted mismo: ¡no le mienta al Médico!.
4. EL MÉDICO ES INOCENTE HASTA QUE SE DEMUESTRE LO CONTRARIO
El Médico no inventa problemas, ni enfermedades, ni tiene “asociación comercial” con los virus,
bacterias, parásitos o infartos. No lo culpe por lo que le pasa.
Él Médico necesita de su confianza, colaboración y buena voluntad. No pretende enriquecerse a su costa ni aprovecharse de usted. Si de antemano sospecha malas intenciones en un Médico, ¡busque otro!.
5. EL MÉDICO DESCANSA, DUERME, COME…
Puede parecerle hasta mentira, pero el Médico necesita dormir como cualquier otra persona. Sólo toque a su puerta o llame a su teléfono en caso de real emergencia. Si no es así, vaya o llame a su consultorio u hospital en los horarios de trabajo.
También siendo el Médico persona como cualquier otra, necesita descansar el fin de semana. Un sábado en la noche o el domingo a las 10:00 de la mañana, no es la ocasión para atender un cuadro que se inició el martes anterior: acuda a un servicio de urgencias.
El Médico necesita alimentarse y tiene un horario para hacerlo, no se moleste si él detiene temporalmente su trabajo con dicho fin.
6. EL MÉDICO NO SOLO TRABAJA ATENDIENDO PACIENTES
Leer y estudiar también es parte de su trabajo -y una parte muy seria-. Cuando un Médico está
concentrado en un libro, leyendo una revista especializada o navegando en INTERNET, se está
actualizando como profesional para atenderle mejor y, por lo tanto, ¡está trabajando!. También está trabajando cuando discute un caso con los colegas, revisa un historial clínico, confecciona algún otro documento, imparte clases o dedica tiempo a la investigación.
7. EL MÉDICO SE EQUIVOCA
Si, como todo ser humano, el Médico puede equivocarse. Si un Médico le dice a Ud. que nunca ha
cometido un error ¡aléjese de inmediato!: él es además un mentiroso.
Pero, si bien usted tiene derecho a consultar a otro médico buscando una segunda opinión, le advertimos que la multiplicación de facultativos no garantiza el éxito. Recuerde el proverbio que dice «un médico cura, dos enredan y tres matan».
Hablarle al Médico mientras está escribiendo no hace que trabaje más rápido, y si, que se equivoque más.
También ocultarle información, presionarle, irritarle, así como, solicitar su atención en el lugar y
momento inoportunos, aumentan el margen de error.
El Médico necesita en ocasiones tiempo para pensar y estudiar su caso, o discutirlo con sus colegas.
Aquel que usa mucho los «términos espejo» (mi-mi, yo-yo) o habla mal de los demás médicos, casi seguro es el peor.
¡Y no se equivoque usted!: el número de títulos o diplomas, los años de graduado, el porte elegante o una labia rebuscada, nunca garantizarán la calidad profesional –ni la humana- del Médico.
8. EL MÉDICO ES EL MÉDICO
Por mucho que su vecina conozca de “cuestiones médicas”, por mucho que un amigo le asegure que el haber padecido su mismo problema le ha proporcionado una valiosa experiencia que está presto a poner a su disposición, no los tome muy en serio: acuda siempre al Médico.
Tenga cuidado con la información que encuentre en revistas, en INTERNET o su propia interpretación de textos médicos profesionales. Confronte con su Médico el conocimiento autogestionado.
Tenga presente que automedicarse, no sólo es tomar un fármaco sin haberlo indicado el Médico, sino también, dejar de tomarlo o hacerlo de otro modo a lo que éste le ha orientado.
9. EL MÉDICO NO SIEMPRE ES “EL MÉDICO”
En reuniones de amigos, paseos o fiestas de familia, el Médico deja de ser “el Médico” y
reasume su condición de amigo o familiar. No le pida consejos, recetas, opiniones, no lo
agobie con charlas de salud. ¡Él también tiene derecho a divertirse!.
El Médico, incluso también puede enfermarse y convertirse en paciente. Si usted es un
médico-paciente, no pierda la perspectiva: ¡Ud. necesita otro Médico! Y en ese caso,
comience a leer estos consejos desde el principio pero con una nueva perspectiva. Asuma
humildemente que somos los peores pacientes.
10. EL MÉDICO TIENE LÍMITES
Él Médico sufre con tu dolor y se regocija con tu alivio o curación, pero también puede llegar a
experimentar gran frustración cuando percibe los límites de su imperfecto saber y de sus tecnologías, ese angustiante momento en el que no puede hacer por ti, todo lo que tú y todo lo que él quisieran: El límite de su ciencia le revela sus propios límites.
El Médico vive, sueña, ama y…muere.
Ahora que usted ha aprendido algunas cosas sobre el Médico, compártalas con sus amigos, familiares y
vecinos: ¡SU MÉDICO, SE LO AGRADECERÁ!.
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