Friday, May 14, 2010

Habana-Babilonia

Aca les pongo un capitulo del libro HABANA-BABILONIA, de Emir Valle, escritor cubano quien hizo en los 90, un serio y crudo estudio investigativo basado en entrevistas dentro del pais con prostitutas y proxenetas, sobre la prostitucion en Cuba y la corrupcion estatal que la rodeaba. El libro , jamas salio a luz en Cuba. Espero disfruten este fragmento, el lenguaje es directo, duro, repugnante y muy sensible, espero los hagan reflexionar y quiza les explique, de cierta forma, el por que nuestro pais esta en la situacion en que se encuentra.

Nota: El autor cambio los nombres reales para proteger a sus entrevistados, por lo que el protagonista de este capitulo nada tiene que ver con nuestro colega radiologo.






LOS HIJOS DE SADE



Mandy tiene 32 años. Estuvo preso por robo con fuerza en un almacén

de alimentos. Cinco años preso. Uno de los chulos más conocidos en

La Habana. Su campo principal de operaciones es el llamado “Triángulo de las

Bermudas”: hotel Cohíba, el Riviera y el CUPET de Paseo y Malecón, que

comparte junto a otros tres chulos, uno de ellos, su hermano. Tiene un

representante en Varadero, donde alquila algunas casas particulares para alojar

a un grupo de sus Jineteras que operan en esa zona turística.




¿Cómo te gusta que te digan: chulo, proxeneta…?



Luchador. Yo siempre he sido un luchador de la vida. Tú eres periodista y

tienes labia, pero a mí Orula me dio la cabeza para el bisne. En la escuela no me

entraba nada y la dejé. Desde entonces lucho para vivir.



¿Por qué crees que siempre se piensa que los chulos son negros?



Porque este es un país racista aunque se diga lo contrario. Hasta los negros son

racistas. Y aunque de verdad sean una plaga, para el invento y todo lo que no sea

legal son los mejores. Hay pocos blancos como yo, que hasta tengo el pelo rubio

y ojos verdes, por si queda duda de lo pura que es mi sangre. Los blancos son

menos marrulleros, menos complicados, más pendejos. Con todo y que yo sea un

luchador de respeto, no me meto en cosas que los chulos negros hacen sin que les

tiemble ni un dedo.



¿Cómo eliges a tus muchachas?



Por el culo. La mayoría de los yumas vienen a buscar el culo de las cubanas.

A veces los he mirado a escondidas y no le rezan un avemaría a los culos de las

niñas porque no se lo saben bien. También las escojo por la cara y últimamente

hasta me las tiro para saber si son buenas en la cama, aunque en este oficio lo que

importa es la maña. A Cayita, por ejemplo, yo la llamo la electricista. Es una

experta en sacarle el jugo a los yumas de dos o tres lengüetazos. Sienten el

corrientazo y se vienen. Norma es la panadera: se los amasa hasta que se las saca.

Maruja es la cortadora: especialista en movimientos clavada por el culo. Las

demás son normales, pero tienen cara de ángel.



¿Nunca te has visto en rollos con la policía?



Al principio, socio, pero todo en la vida tiene remedio y el dinero es la llave

del mundo. Ahora hasta me avisan cuando descubren a un yuma perdido que

ellos huelen anda buscando niñas. Es un gasto más del negocio, pero es una

inversión necesaria para andar tranquilo. Este es un bisne en el que uno debe

andar con todos los radares encendidos y es de puya que uno tenga que estar

preocupado con alguien que también está luchando, a su modo, pero luchando. A

la mayoría, porque hay muchos que se hacen los duros y no aceptan dinero, uno

les tira un billetico y se van fácil a lucir su uniforme a otra parte. Si son de esos

reclutas que están pasando el verde, el servicio militar, de policías, la cosa es más

sencilla: le enseñas un dólar, se le abren los ojos como dos platos y se van

engolosinados a comprarse alguna mierdita por ahí.



¿Y no crees que es inhumano que estés viviendo del cuerpo de una muchacha

que pudiera estar haciendo otra cosa menos sucia?



¿En qué mundo tú vives, socio? La vida es una mierda en todas partes. ¿Tú

sabes por qué no me fui pa’l norte en una balsa? Porque allí hay que pinchar.

Aquel es un país para gente como tú, estudiada y leída. Porque allá hay un

montón de tipos como yo tratando de inventarla para vivir. La lucha es más difícil.

Y aquí yo soy el rey, y como dice Manolín, El Médico de la Salsa: si te gusta,

bien, y si no, también. De todos modos, yo cobro por lo que hago: las cuido como

si sus bollitos fueran míos. Eso se paga. Si te pones a buscar, te cuentan un

montón de casos de tipas con las tetas picadas de cuajo, con las nalgas hechas

tiritas, con la nariz arrancada, por buscarse los pesos sin nadie que las represente.

Si voy a usar la moña esa de lo inhumano, estoy limpio. Yo no las metí a putas.

Yo nada más que las cuido y cobro por eso y hasta les facilito el trabajo. Les

busco yumas que paguen bien, si no les quieren pagar me las echo a golpes con

los yumas… para qué contarte.



Otro muchacho como tú me habló de ciertas reglas que existen en este

negocio. ¿Siempre son las mismas?



Casi siempre, aunque dependen de la zona en que te muevas y de la cantidad

de mandantes que haya, o chulos, como tú dices. También depende del mandante.

Hay algunos que ponen reglas tan jodidas que se pasan la vida dándole palos a las

Jineteras porque no pueden cumplirlas. Yo soy distinto. Mis niñas son mis socias

y hasta les he buscado una casa para que vivan porque son de Oriente. Las

Jineteras de La Habana se hacen las finas y al final son peores que cualquier

guajira. La diferencia es que la mayoría de las putas de aquí tienen universidad y

como están aprendiendo también en la universidad de la calle, entonces se

convierten en fieras. Yo tuve dos y casi las mato a golpes.



¿Qué se hicieron?



Se casaron con yumas y ahora están allá afuera viviendo la vida. Me la dejaron

en los callos. Yo me enteré que se iban cuando ya debían estar volando en el

avión.



¿Volvemos a lo de las reglas?



Mira. Una es que cada chulo tiene sus putas y tú no puedes tratar de quitársela

aunque veas que la tipa da un dineral del carajo o está riquísima. Otra es que hay

zonas que deben respetarse porque están marcadas. Nosotros, los mandantes, nos

vemos a cada rato y aunque siempre hay su jodedera y su bronquita y su rencilla,

en eso de las zonas nos entendemos bien. Para que veas: la zona del Comodoro,

la del Cohíba, la del Hotel Nacional y la del Hotel Havana Libre, son casi

territorio libre porque hay comida para todo el mundo. Claro, si vemos que hay

caras nuevas que no son de ninguno de nosotros, salimos a poner las cosas en su

lugar. El resto de los hoteles y lugares donde el turismo va mucho, pero casi

siempre en grupos con un guía, sí están marcados con nombres y apellidos.

También hay otra regla que depende mucho del mandante y de las Jineteras

que tenga con él: el pago. La norma es que paguen la mitad, pero hay algunos que

se lo quitan todo y les dan comida, ropa y casa. A esas les decimos “las esclavas”

y casi siempre son guajiritas que no tienen ni dónde quedarse en La Habana y

vienen acá buscando dólares.

Otra regla de oro es la limpieza. Mis niñas tienen que lavarse el culo y la

papaya hasta con polvo de penicilina. Es un problema de alcurnia. Hubo un

mandante que olvidó esa regla y un día metió a sus seis muchachas en un cuadro

con un gordo canadiense, no le pusieron condón al tipo y mamaron y templaron

de lo lindo porque decían que el tipo allá afuera se dedicaba a templetas para

películas porno, que son larguísimas, y que tenía un aguante del carajo. Para no

aburrirte: el tipo estaba podrido de SIDA y ahora todas están en el sanatorio. Creo

que ya hay dos en el hueco bien comidas por los gusanos.



¿Eres casado?



Ajuntado y con tres hijos, dos míos y uno de ella con su marido anterior. A

todos los quiero igual y ella es una santa.



¿No te has puesto a pensar que alguna vez ella pueda estar en este negocio si

las cosas siguen empeorando?



Te voy a decir algo. Las que están en esto es porque con algo de puta nacieron.

A veces me pongo a pensar y me digo que no es fácil dispararse a esos tipos. Por

desgracia para ellas, casi siempre los yumas platudos son unos esperpentos del

coño de su madre y hasta tienen defectos físicos, como si Orula les diera el dinero

a cambio de belleza. Pero copia bien esto: todas las mujeres no pueden ser putas,

y la mía se mete más fácil a monja que a Jinetera, con todo y lo buena que está.



Has mencionado a Orula varias veces. Es un dios africano y tú eres blanco.

¿Eres creyente?



A mí me pasó algo muy jodido en la cárcel. Cuando yo robé en el almacén, me

echaron once años porque había gente adentro y dijeron que el que hace lo que

hice está dispuesto a matar. Una mentira, porque yo doy golpes, pero matar, lo

que se dice matar, ni a una mosca. Empecé a pedirle a la virgencita de la Caridad,

la patrona de Cuba y la verdad es que me compliqué más: meten en mi misma

jaula a un tipo que me debía una bien grande y casi lo parto en dos. A veces a uno

le entra una rabia tan grande que ni piensa y a ése cabrón yo quería mandarlo a la

tumba. Me lo quitaron, pero me encerraron en la solitaria y me pusieron con los

peligrosos. Suerte que también allí yo tenía mis socios y, más mal que bien, fui

bandeando. Uno de los socios esos, un negro de Guanabacoa, me hizo creer en la

santería a base de cuentos y leyendas y esas cosas. Y para que veas, comienzo a

pedirle a Elegguá y en un año me dicen que me rebajan la pena. Ahí me hice

creyente y nada más puse un pie en la calle, me hice los guerreros y la mano de

Orula. Ahora estoy en algo superior. El que está en esto tiene que protegerse.



Me han dicho que ustedes se prestan para que sus muchachas hagan sexo con

animales…



A mí no me va eso, socio.

Mis niñas son limpias, joyitas, y esa mierda es una asquerosidad. Uno no sabe

qué pueden tener esos animales. Cuando te veas con Yoyito pregúntale qué le

pasó a la Jennie por fotografiarse clavada por un perro. Cogió una cosa en la

papaya que ni los médicos supieron. Dicen que orinaba verde y que la peste se

sentía a tres cuadras. El que sí se mete en cosas con animales es Loreal, un chulo

maricón que pincha por la zona de La Habana Vieja. Hasta con curieles y conejos

las pone a templar. Está loco de remate y con tal de sacar billetes pone a templar

hasta a su madre con Satanás en el infierno, porque está muerta.



¿Y con niños?



¿Ves? Ese es otro lío. ¿No te enteraste del explote que hubo con unos yumas

que cogieron en eso? Salió hasta en el Juventud Rebelde. Y publicaron un librito

y todo. Eso es zona vedada. A mí déjame con las muchachas. Es verdad, algunas

de las mías tienen quince años recién cumplidos, pero yo no las obligo a estar en

esto. Lo de los niños es otra cosa porque hay que engañarlos. Además, como

quiera que sea, es una mierda. Cuando crezcan, si se quieren meter a putas o

maricones, asunto suyo, pero mientras sean niños para mí son intocables.



¿Algunos de tus amigos mandantes acostumbran a usar niños en este negocio?



Sí, socio. En este negocio, como lo dice la palabra, todo es válido, pero no me

preguntes quién lo hace ni dónde ni cómo, ¿ok?



De acuerdo, pero, ¿te atreverías a decirme las variantes más usadas?



La mayoría son maricones o enfermos sexuales que vienen buscando chamacos

para sus cosas. A veces vienen nada más a tirarles fotos encueros, aunque algunos

piden más y los ponen a tocarse, a mamarse y esas cosas.

También, aunque parezca mentira, algunos viejos platudos o macetas de aquí,

cubanos, pagan por que una niña chiquita se las mame. Yo conozco a dos o tres

que pagan bien por eso. A veces, sobre todo en las temporadas altas, vienen

turistas, casi siempre de Italia y Francia, a filmar cuadros entre mujeres y niñas y

niños. Eso se paga bien, pero todos se cuidan. Es difícil que alguna casa de putas

hoy deje que metas dentro a niños para eso. Tienen mucho miedo. Porque aquí

dicen que persiguen la prostitución, pero cuando se trata de adultos se hacen los

bobos y hay temporadas en que te dejan tranquilo. Con los chamas, nada más se

la huelen y ya estás rodeado de policías. Para serte franco, nadie cree en eso de la

persecución de las Jineteras porque en este país se sabe que la policía tiene

chivatos hasta entre los parvulitos de los círculos infantiles y debe saber todo esto

que cuento y más, hasta el color de los pendejos del culo de cada una de las

Jineteras que se mueven en toda Cuba.



¿Y las drogas, se usan?



Es normal. Cuando yo empecé en esto, allá por el 93, era raro encontrarse la

droga en cantidades como pasa ahora. No sé de dónde la saca la gente, pero es

raro que no haya un cuadro, una tortilla, un templeta entre tres o cuatro Jineteras y uno o varios tipos, en que no se fume marihuana de la buena o se toque su buen polvo de coca. Ultimamente conozco casos de drogas que hace la gente con plásticos y cosas así.



¿Son buenos los precios?



Depende de la calidad y del vendedor. Déjame decirte algo que seguro no vas a

escribir en tu trabajo. Algunos de los mismos polis esos que ves por ahí venden la

droga. Usted los ve parados en las esquinas de los lugares donde saben se vende

la cosa y te la disparan facilito si te ven cara de ambientoso. Hay turistas que

logran pasarla por la Aduana, pero dicen los que saben que es una mierdita lo que

entran. ¿No te has preguntado nunca de qué otra forma va a circular toda la droga que se fuma y se gasta en esta ciudad, por no hablarte de Varadero, Cayo Coco?

Ahí en La Habana Vieja, o en Centro Habana, hay calles donde uno pasa y siente

el olor a la yerba desde una legua de distancia. Un socio mío, muy jodedor, dice

que a los policías de esa zona los seleccionan entre los que tienen graves

problemas con el olfato. Por ponerte un caso, donde yo la compro, y es de la

buena buena buena, de la de verdad, el tipo tiene una Paladar como fachada y le

da cajitas de comida a las patrullas y todo. Así, con ese guilletén, vende más

marihuana que toda la caña que se siembra en Cuba.



¿Te has encontrado casos de prostitución homosexual?



También tengo mis puntos. No sé porqué los yumas son tan maricones. Te

voy a decir que me aparecen tantos casos de esos como de los que buscan a mis

muchachas. Al principio siempre se los mandaba a un socio que sí estaba en eso.

Después me conseguí un grupito de pajarracos que a veces cobran una mierda y

me dejan casi toda la ganancia. Los maricones son así: con tal de que alguien se

los clave, transigen hasta por unos dólares. Y los tipos que vienen buscando eso

pagan bastante bien, no te creas. Yo, a decir verdad, no quiero saber nada de esa

gente porque son muy escandalosos, arman unos bateos del carajo... vaya, que son

peores que las mujeres, menos domables y siempre están dispuestos a meterte en

un brete, incluso con la policía si hace falta joderte.



Mandy, si un día se te acaba el negocio. Es decir, si pasa algo y de pronto se

acaba el Jineterismo, ¿qué harías?



Inventar algo, socio, inventar. Te dije que lo único que yo sé hacer en la vida

es luchar. Yo no nací para la pega. Trabajar no me cae nada bien, ni aquí en

Cuba ni en ninguna otra parte. Lo mío no es lío de política ni nada de eso. El

asunto es que no sirvo para eso. Me gusta el dinero y lo lucho, y no es dinero

fácil, como dicen algunos comemierdas por ahí, que aquí, en este negocio, se

trabaja bastante duro. Si se acaba este negocio, compadre, que lo dudo porque

esto ya no hay Dios que lo pare, invento es la palabra de orden… ya veré qué

invento.




La Habana, junio 1996



Nota del Autor:

En febrero del 2002, me encontraba en el stand de la editorial Plaza Mayor de Puerto Rico, en la Feria Internacional del Libro de La Habana, en La Cabaña, cuando un mulato con dos jabas de libros que había comprado me preguntó si por fin saldría el «librito ése de las putas». Me dijo que Mandy le había pedido que comprara el libro si lo veía: en ese libro estaba la única entrevista que le habían hecho en toda su vida. Por ese detalle supe que aún vive en Cuba, aunque nunca más he vuelto a saber de él.






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