Yo me llevo mi amor, mi desvarío.
lo que está ya a mi ser incorporado
mi caricia en tu párpado cerrado,
el roce de tu pecho junto al mío.
Me llevo una nostalgia como un río
manándome incesante del costado.
Al pobre corazón enamorado
le es duro retornar a su vacío.
Por haber compartido la locura
que floreciera en mi como una rosa,
aunque ya nunca junto a mi las vea,
benditas sean tu boca y tu ternura,
bendita sea tu carne vigorosa,
tu suave comprensión, bendita sea.
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