El primer hincha vivió en Montevideo a comienzos del siglo XX; trabajaba en el Club Nacional de Fútbol. Era talabartero y estaba encargado de inflar (hinchar) los balones. Se llamaba Prudencio Miguel Reyes, pero era más conocido como "gordo Reyes" o "el hincha".
Sus gritos escandalosos "¡Nacional!" eran famosos a principios del siglo pasado en las canchas donde jugaba su club. Y si se tiene en cuenta que inflaba las pelotas sólo con la fuerza de sus pulmones es fácil imaginar cómo resonarían los gritos del hombre. Durante los partidos, se solía comentar «Mirá cómo grita el hincha». Y poco a poco la palabra hincha se fue aplicando a todos los partidarios.
La palabra se hizo común en los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928, cuando el fútbol de Uruguay ganó las medallas de oro, y el Mundial de 1930 en Montevideo.
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